Empieza oficialmente el Festival de
Sitges, y esta vez estamos acreditados.
Lo primero que nos damos cuenta al
llegar aquí, es que se duerme poco, ya que hay sesiones a las
8.30.
Pero lo más importante, es que
las entradas para las películas se cogen a las 7 de la mañana.
Sobre este tema os queremos dar un
consejo, si vais a ir a compartir casa con más gente, ya que
las entradas se acaban en segundos. Tened en cuenta que si ocurre
como en este caso que solo dan 3 entradas por persona, contará
como persona la misma IP, así que si es como en nuestro caso
que estábamos 11 personas con la misma IP, en la misma casa,
es muy difícil que pilléis para lo que queréis.
El consejo es que lo hagáis
desde el móvil, o estéis en una casa con mucha, mucha,
mucha menos gente. Me lo vais a agradecer.
El mal es lo cotidiano y en Sitges este años ha sido un cochecito de bebe. Cuando Rosemary se inclina para mirar a su retoño en sus hijos sólo podía ver el mal.
Y es cierto que para muchos los que nos gusta el fantástico es una afición que nos viene de bien pequeños, un sentimiento de miedo controlado y de descarga de adrenalina por lo que ahora nos hace viajar en el tiempo.
A veces volvemos a ser esos niños que como en mi caso obligaba a mi madre a quedarse despierta viendo conmigo alucine o noche de lobos, porque aunque me producía terror no podía dejar de mirar.
Y que miedo dan los niños en las películas de terror, esos infantes que son de todo menos puros!!
El microcosmos de Grand Piano nos
transporta a la atmósfera que durante 10 días viviremos
en Sitges. Un micromundo.
Por la tarde nos llega la primera peli,
como nos gusta a nosotros llamarla: de chinorris.
Rigor Mortis, nos trae una historia de
fantasmas , y vampiros y muchos de los elementos más clásicos
de las películas orientales y del género.
Una especie de purgatorio donde de
busca la redención, y donde nos costo un poco llegar a
situarnos, suponemos que por ser la hora de la siesta, ya que no
acabamos de pillar el rocambolesco final.
Una comunidad de vecinos cercana al
purgatorio, nos deja desde fantasmas y poltergeist de suicidas, a
hermanas asesinas, y a maridos embalsamados que vuelven de la muerte
deseosos de sangre.
Estábamos locos por volver a ver
a Neil Jordam, planteándonos una historia de vampiros, pues
Entrevista con el vampiro es una de mis películas favoritas.
En esta ocasión se nos presenta
la vida de dos jóvenes vampiras, madre e hija, guapas y
misteriosas, temerosas de su secreto.
Eleanor conoce a Noel, un joven
enfermo, que la comprende. Un cine de vampiros altamente bello y
poético, como es habitual en las películas más
góticas de Jordan.
Aquí, Eleanor, escribe y rompe
su historia una y mil veces en las páginas de su diario, como
aquel Lestat, que tras siglos de vivencias sentía la necesidad
de contar su historia.
Con Contracted nos llega una premisa
clara: hacerlo sin protección tiene consecuencias nefastas, y
con los muertos es un error. Con un tagline que seria “Cuando
pruebas un muerto ya no quieres salir del huerto”.
En este caso, la premisa es bastante
sugerente: una joven, que tras unas copas de más en una fiesta
y algo molesta con su novia por no aparecer, acaba teniendo sexo sin
protección en un coche con un desconocido.
Este hecho, que ya le podía
complicar la vida de por si, acaba con unas terribles consecuencias
en forma de una horrible transformación con un final
sorprendente.
Sexo loco, escenas de putrefacción,
y enloquecimiento en tiempo real, que a mi personalmente me gusto.
The zero theorem de Terry Gilliam, fue
una locura para los sentidos, absoluta y tremendamente maravillosa
visualmente, pero igual de hermosa en un mensaje sobre la
manipulación de los medios de comunicación, el
aislamiento social, la publicidad y el sentido último de la
vida.
Gilliam vuelve a los orígenes
que ya nos mostró con Brazil, y con Christoph Waltz como
protagonista enloquecido, en un ambiente más enrarecido aún.
Waltz es un hombre excéntrico y
taciturno, pero un genio con los ordenadores con el que Gilliam
profundiza en los misterios de la vida, con pequeños toques de
comedia autoparodica, al estilo de los Monty Python, y un barroquismo
exagerado y estrambótico.
Y entonces le llegó el turno a
una autentica maravilla: Upstream Color
Esta es una de las películas del año que no me he cansado de recomendar, y de esas que amas u odias, y en mi caso, sabia que la amaría sin condición, y que esos cerditos pasarían a ser los más bonitos y adorables del panorama cinematográfico.
Una historia de amor llena de
alucinógenos, y contada a través del ciclo de vida de
un parasito, y que nos habla del determinismo frente a los hechos
inducidos.
Una película absolutamente
plástica y maravillosa, que comienza con humanos, pasa por
cerdos y finaliza en una orquídea.
Un extraño ciclo vital, sobre la
composición tras pasar hechos traumáticos que te unen a
otros seres (humanos o no) y te hacen estar en sintonía.
Para mi una obra extremadamente bella,
con sus fundidos a blanco, sus escasos diálogos y su
plasticidad en pantalla a la que se le unen los sonidos de la
naturaleza, los gruñidos de los cerdos, o el del agua del
manantial.
Shane Carruth es además uno de
mis hombres favoritos, un matemático metido a cineasta, y a
narrador de ciencia ficción.
Dentro de la maratón killer de
la noche solo podemos hablaros de 100 bloody acres la que podría
ser el Tucker and Dale del año, por su parodia, momentos
divertidos, y “WTF” posibles.
La diversión llega cuando unos
jóvenes en Australia deciden ir a un concierto, pero se les
estropea el coche, con tan mala suerte que acaban siendo recogidos
por un joven que tiene que hacer una entrega de fertilizante. ¿
Adivináis con que esta hecho el “compost”?
Nos encantaría deciros que nos
gusto “Antisocial” pero fue un pequeño bluff.
La premisa de una red social tipo
facebook a la que todos los jóvenes están enganchados y
que es capaz de transmitir un virus con el que acabas muerto, nos
parecía la bomba, que se fue desinflando conforme avanzada el
metraje.
Sam, nuestra protagonista deja a su
novio la noche de fin de año a través de
videoconferencia, ya que marcha fuera a estudiar. Esa Nochevieja, que
debía pasar con unos amigos, se acaba convirtiendo en algo
terrorífico.
Con una historia de fantasmas a través
de la red, y un final rocambolesco, dejamos que juzguéis
vosotros mismos. Una metáfora de lo expuestos que estamos en
las redes sociales, y como hasta la muerte puede ser retransmitida en
streaming.