TALLER CAPUCHOC
¿Eres un mero espectador en los
festivales o salas de prensa?
No. A veces, eres compañero o amigo.
La encantadora y dulce Desirée de Fez (porque no
decirlo si es verdad) nos invitaba a la sala Maldà (creo que fue) a
ver Taller Capuchoc, pero en esa ocasión no pudimos ir.
Después nos la volvimos a encontrar en
el festival de San Sebastián y tras hablar de bebes, y de que las
niñas son más espabiladas y andan antes, nos invitaba de nuevo a
ver la proyección en Sitges.
¿Y porque no?
Claro, que es un compromiso, pero
también nos pareció súper bonito, que nos invitará, que nos lo
comentara personalmente y tuviera ese detalle de decirnos: oye, ¿os
venís?
Tenemos que deciros que es una de las
cosas más chulas que podríamos haber hecho.
Cuando estas en un festival, parece que
tienes que llegar a ver 50 películas, y vas como loco compitiendo a
ver quien ve más. Eso lo he visto entre compañeros y me ha parecido
tristisimo.
Cuando hay miles de actividades en las
que participar. ES cierto que las películas son importantes y que
generan ventas, pero la oportunidad de aprender de cine no tiene
precio.
Y eso fue lo más chulo, durante la
proyección de Taller Capuchoc, conocimos a una chica que si que fue
a la proyección en los Maldà y nos contaba como algunas cosas de la
peli eran diferentes.
Es decir, era una peli viva, que había
ido cambiando su montaje con el tiempo.
Nos reíamos cuando Desi, nos contaba
lo agotador de tener al bebé, y hacer la pelí que como siempre digo
es un hijo más.
Y lo más guay del todo, es que después
de la peli nos fuimos a una salita a hablar con el director Carlo
Padial (cuyos tuits a veces me hacen mucha gracia) y me encanto lo
que contaba.
Es que era genial, y no podía estar
más de acuerdo, con lo que significa el proceso creativo, y lo que se genera alrededor
La película en si, va de un escritor,
que en los momentos de falta de dinero, del bloqueo de la hoja en
blanco, que tras una obra sublime, lleva años sin escribir algo que
valga la pena. Esto se une a algo que tenemos generalizado y es el
glamour y la vida interesante de los guionistas y escritores, cuando
los pobres no solo tienen vidas normales, sino que a veces acaban
hasta el moño de sus amigos hipsters.
La cotidianidad te hace reír, porque
nos pasa a todos, es aburrida y totalmente absurda, y mostrarla,
todavía más.
Recuerdo emocionada, como Erasmus,
cuando me enfrente a mi loco Erasmus, y aquello iba de todo menos del
Erasmus... solo que ahora me da miedo pasar por plaça Catalunya
porque pienso que me van a salir los negros de los que hablan en el
film,jajajjaa. (vedla y entenderéis el porque de todo, en la vida)
Padial, nos habla de la nada que
vivimos todos, del día a día, del hastió, del aburrimiento, del
vernos obligados a hacer cosas, como un curso de literatura que nos
apetece cero patatero.
Nos habla de la nada para hablarnos del
todo, a su manera, Con Miguel Noguera que tiene una humor muy
particular, un No- humor por decirlo así.
Sabéis que yo soy muy absurda para
estas cosas, y que hay momentos en los que no sabe hacia donde va la
narración, pero como la vida, es que es igual, nos movemos por
inercia, por el viento, y nos hacemos las mismas preguntas sin
relevancia ninguna.
¿Qué hacen los escritores? ¿y los
fontaneros? ¿En que piensan o dedican su tiempo libre? Leen
filosofía o esperan esa llamada de trabajo como todos nosotros y que
no llega.