El festival que celebra su edición
numero 66 daba el pistoletazo de salida con una comedia pues no hay
nada mejor que poder reírse de si mismo. En esta ocasión lo hacia
con “El amor menos pensado” dentro de la sección oficial.
La gala inaugural fue conducida
por Belén Cuesta realizando maravillosamente sus funciones junto a
Nagore Aranburu, con guión dude Diego San Jose, Borja Cobeaga y
Borja Echevarria, donde lo primero que hacían era reírse de si
mismos, y del festival. Una tremenda cura de humildad. Se hacia
hincapié en que San Sebastian y su festival era el hermano pequeño
de Cannes o Venecia, cuando hablamos de un festival también de
categoría A.
Foto: Naiz |
Los emotivos recuerdos a Ivonne
Blake, presidenta de la academia y recientemente fallecida, o a los
programas como “Versión Española” con los que crecimos fueron
una constante.
Destacamos también la
retrospectiva a Muriel Box, o el premio a la mejor película otorgado
por los premios Fipresci, que recayó en “El hilo invisible”.
Alexander payne como presidente
del jurado, y habitual en el hotel dejando incluso su red de wifi
abierta, destacaba la ventana que el festival era para acercar el
cine al mundo, y Ricardo Darín, que prácticamente es director
honorífico por las veces que ha asistido al certamen, y era el
protagonista de la película inaugural, lo calificaba del “mejor
festival del mundo”.
Que difícil y complicado es
gestionar la programación de un festival de cine cuando hay que
contentar a critica y público. Es cierto que la critica de cine
mueve la industria y no hay que olvidar que parte de esa industria en
forma de productores e inversores están allí, pero también es el
publico el que con su dinero comprando entradas mueve los números,
la taquilla y la continuación en ocasiones del festival cuando los
patrocinadores se retiran.
Foto: El país |
Este es el equilibrio que trata de
encontrar un festival. Trata de descubrirle nuevos autores al
publico, pero también cumple la función de enseñar o mostrar
aquello que el publico espera recogido de lo mejor de los otros
festivales como ocurre en la sección de perlas. Por descontado, la
difícil tarea de atraer a los medios mas sensacionalistas que solo
esperan a las grandes estrellas que son las que oficialmente dan
glamour o interés a cualquier evento. No en vano muchas veces son
esos nombres los que hacen que no olvidemos un peli, tanto para bien
como para mal.
Yo he vivido el festival desde
diferentes estados de ánimos: la emoción de la primera vez, la
soledad de la persona que esta perdida y busca mentores, con
autentica felicidad, de manera profesional buscando trabajo o en la
mas absoluta de las depresiones. Una montaña rusa que no me daría
ni el dragón khan.
En cualquier caso, el festival
llena de vida a cualquiera. La ciudad de llena de gente, y sobretodo
de gente que corre de una lado a otro. Los habitantes disfrutan de
esos días o nos odian un poco, y cuando nos vamos dejamos a los
compañeros que viven allí todo el año.
Los festivales sin duda son un
termómetro de la industria actual, pues es caldo de cultivo para
productos nuevos y sirve de escaparate de lo que hay en los circuitos
aunque en ocasiones no llegue a las salas de cine del gran publico.
Foto: El díario Vasco |
En esta ocasión los premios
Donostia han ido para Judi Dench, Danny DeVito y Hirokazu Koreeda.
Nombres como Brillante Mendoza,
Robert Pattison, Ryan Goslin, Bradley Cooper, Jaime Rosales, Rodrigo
Sorogoyen, Drew Goddard, Naomi Kawase, Isaki Lacuesta, Carlos
Vermuñt, Peter Strickland, Valeria Sarmiento, Iciar Bollain,....
Es tan largo el etcétera que nos
dedicaríamos simplemente a nombrar todas las personalidades que se
dan cita sin hablar de nada más. Por eso, y como diría Samantha
Villar, no es lo mismo contarlo que vivirlo.
Os invito a vivir esta
experiencia.
(fotos y artículo sin animo de lucro)