- Te amo, como nunca he amado a nadie –
Le dije, y ahí le mentí, pues nunca había amado a nadie antes que
a él, todo nació allí mismo, con nosotros dos.
Hay miles de frases que nos recuerdan
que solo aceptamos el amor que creemos merecer.(*1)
¿Eso es así?
En nuestra eterna búsqueda del amor (
¿Acaso hay algo más?) ¿es cierto que aceptamos el que creemos
merecer?
Aquel que va con nosotros por posición
social, personalidad..
¿Buscamos a alguien con nuestras
mismas características, o con las características que nos han
enseñado?
Aprendemos a amar de nuestros padres,
de los que nos rodean, y si ellos no nos dan unas directrices sanas
de lo que es amar (alejados de la dependencia o el maltrato) nos será
muy difícil amar sin condiciones, sin complejos.
Aceptamos que nos hieran porque ya nos
han herido alguna vez, o porque hemos herido nosotros y creemos que
merecemos el castigo y no es así.
Deberías merecer un amor que nos ame
igual que nosotros amamos, pero la forma de concebir la vida y la
sensibilidad es diferente en cada individuo, y ese grado de exigencia
es agotador para el otro.
“Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes
amores: uno con el que te casas o vives para siempre, puede ser el
padre o la madre de tus hijos…Esa persona con la que consigues la
compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a
ella..”
“Y dicen que hay siempre, un segundo amor una persona que
perderás siempre, alguien con quién naciste conectado, tan
conectado que las fuerzas de la química escapan de la razón y te
impedirán siempre, alcanzar un final feliz.”
“Hasta que cierto día dejarás de intentarlo…Te rendirás
y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando, pero te
aseguro que no pasarás ni una sola noche, sin necesitar otra beso
suyo o tan siquiera discutir una vez más.”
“Ya sabes de quién que estoy hablando, porque mientras
estabas leyendo esto, te ha venido un nombre a la cabeza. Te librarás
de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz
(será sustituido por la calma), pero te aseguro que no pasará ni un
solo día en que desearás que este aquí para perturbarte.”
“Porque a veces se desprende más energía discutiendo, con
alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien al que
aprecias.” (*2)
Extraemos este fragmento,
porque nos habla de los grandes amores que sufrimos en la vida. Vamos
a encontrar la pasión o eso que llamamos alma gemela o media
naranja. Pero no podremos mantenerlo. La energía que se desprende es
demasiado grande, demasiado poderosa que si estamos mucho tiempo
cerca de ella nos quemaremos como si de un sol se tratará.
Y ese será
el beso por el que medirás
los demás besos de tu vida(*3)
Eso es lo que
pasará. Por una persona mediremos todos los besos que nos den a
continuación. Todo el amor que vivamos a partir de ese instante
estará condicionado.
A veces ocurre que
sueñas ese beso desde tiempo atrás, que buscas a ese “Caballero
perseguido por un maleficio” (*4), y sabes, como, cuando y donde os vais
a besar. Lo preparas por largo, largo tiempo, y es cierto que por ese
beso medirás todos los demás.
Cuando nuestra autoestima es baja, nos
infravaloramos, y puede ser que en ese momento suframos eso de sentir
que nadie nos va a elegir, que siempre vamos a estar solos, y que
nadie quiere estar con nosotros por valer poco. Posiblemente en ese
momento ( y afirmamos que valemos mas de lo que creemos) nos quedemos
con el primero que se interese por nosotros, da igual si es un amor
sano, o no.
He reflexionado mucho sobre esto a raíz
del personajes de Julia, de Palmeras en la nieve.
Interpretado por Macarena Garcia.
Ella no tiene una autoestima baja, todo
lo contrario. Julia es una mujer fuerte, valiente, e independiente,
lo que se puede considera adelantada a su tiempo.
¿Es eso malo? Pues a priori no, pero
lo es.
Porque no puede mostrar ese amor, esa
fortaleza y no puede luchar por lo que quiere. Esta enamorada además
(Perdidamente) de un hombre que no la corresponde.
Ese amor del que hablábamos, fuerte,
pasional, intenso, que la va a devorar, pero que no la hace feliz, no
le da una familia, y en realidad no le da mas que tormento.
Entonces presa de su época, presa de
querer una familia, e hijos, y de formar un hogar tradicional, lo que
esta bien visto por la sociedad, cae en el amor tranquilo que también
hablábamos. Ese amor sereno que te acompañara durante todos los
días, con el que te sentirás segura y cobijada, aunque no sea el
que te haga hervir la sangre.
¿Hace bien Julia? Ella elige a un
médico, que la cuida y la ama sobretodo las cosas, y pasa a tener
una vida feliz y tranquila.
Julia ¿ Es valiente o es cobarde? A lo
mejor no puede elegir, a lo mejor no debe, y cuando su gran amor
vuelve de nuevo ya es tarde, porque siempre es tarde. Parece que no
hemos leído libros o no hemos visto películas para saber que cuando
se vuelve siempre es tarde y el lugar ya lo ha ocupado otro.
¿Y si solo somos dos niños jugando al
amor? Tápate los oídos. Fuerte. Fuerte. Más fuerte todavía.
¿Oyes lo mucho que te quiero? Eso es lo más importante
«Felicidad en estado puro, bruto,
natural, volcánico, ¡Grandioso! Era lo mejor del mundo... Mejor que
la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, crack, porros,
hierba, marihuana, éxtasis, canutos, anfetaminas, tripis, ácidos,
LSD. Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, una orgía, una
paja, el kamasutra, las bolas chinas. Mejor que la comida y la
mantequilla de maní que comía de pequeño. Mejor que la trilogía
de George Lucas, que el fin del milenio. Mejor que los andares de
Ally Mcbeal, el baile de Marilyn Monroe, la Pitufina, Lara Croft,
Naomi Campbell y que el lunar de Cindy Crawford. Mejor que la cara B
de Abbey Road, que los solos de Jimi Hendrix. Mejor que el pequeño
paso de Neil Armstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papá Noel,
la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las
experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro. Mejor
que la testosterona de Arnold Schwarzenegger o el colágeno de los
labios de Pamela Anderson. Mejor que Woodstock y las rages más
orgásmicas... Mejor que las drogas del Marqués de Sade, Arthur
Rimbaud, Jim Morrison y Castaneda. Mejor que la libertad... Mejor que
la vida».(*5)
(*1) Ventajas de ser un marginado
(*2) Zahid, de Paulo Coehlo.
(*3) Corazones en Atlántida, Stephen king
(*4) Las brujas de Eastwick.
(*5) Quieréme si te atreves.