Nada de lo que haga Lanthimos deja indiferente. Es imposible. Ya sea un largo, en los que explora sus fobias y filias como las relaciones familiares, y la personalidad y los mitos, como los cortos.
Durante el festival de cine de San Sebastián (y después de vera en sitges) hemos podido tener acceso al visionado de NIMIC
Y os aseguramos que nos quedamos con el culo torcido.
No hay duda que el griego Lanthimos se ha convertido en un realizador de referencia a pesar o gracias a ese universo participar, extraño y enrarecido.
NIMIC protagonizado por Matt Dillon y Daphne Patakia solo tiene 12 minutos pero explora las paranoias y lugares comunes del director.
Nos habla de los cambios de vida, de cómo podemos ser sujetos random sustituibles. En esta ocasión encontramos a una violonchelista y como tiene un encuentro fortuito con una mujer en el metro. A partir de ese momento siente que su vida ha sido robada. Sin grandes estridencias, esta sensación de sentir que nuestra vida no nos pertenece en las situaciones más normales y cotidianas son aspectos que el director acostumbra a explorar para desconcierto del espectador, pues no hay nada más perturbador que la cotidianidad.
El surrealismo de Lanthimos se apodera en esta ocasión de las situaciones familiares, la identidad y cómo percibimos nuestro mundo.
Inquietante.