La 63 edición del festival de cine de San Sebastián
ha llegado a su fin. Aunque la cobertura diaria desde el blog cesó
hace algunos días (llegó un punto en que el sueño pudo con las
ganas de escribir), sería injusto no concluir esta breve pero
intensa aventura mediante un post de cierre. El festival ha dejado, a
grandes rasgos, sensaciones encontradas: cierta decepción por la
falta de grandes obras que generasen entusiasmo y consenso en la
sección oficial (como sucedió con la Concha del año pasado,
Magical girl), pero al mismo tiempo satisfacción ante la
calidad que han mostrado las películas de las secciones paralelas
(Horizontes Latinos y Perlas a la cabeza). De este
modo, aunque más de uno se empeñe en tildar a la presente edición
como una de las más flojas que se recuerdan, no hay que perder de
vista los títulos de primer nivel que hemos podido ver estos días
en Donostia (de los que el top 10 de este post da buena cuenta).
A nivel personal, el festival
ha supuesto una de las experiencias más enriquecedoras a las que he
hecho frente, y ahora es momento de digerir las 40 películas que han
llenado mis 8 días allí. Me quedo con el potencial que ha
demostrado el cine latinoamericano («el único que está contando
cosas nuevas», en palabras del director de la Mostra de Venecia), el
altísimo nivel de forma en que se encuentran algunos de mis
cineastas favoritos (Jia Zhangke, Hirokazu Koreeda), y el
descubrimiento de un buen puñado de directores que con sus primeras
y segundas obras demuestran que el futuro del mejor cine está
asegurado. Hasta pronto, Zinemaldia.