Muchas series incluyen personajes infantiles en sus tramas, unas de pasada y
sin centrarse demasiado en su presencia (como
Friends y el caso de Emma:
todos sabemos que existe, pero salir en pantalla, salió más bien poco), y otras
haciendo que formen parte del elenco protagonista (
Siete en el paraíso, donde
cinco de esos siete son niños/adolescentes). Más allá de la veracidad que
aportan los niños al contexto ficticio de las series (no suelen haber mundos
sin niños), existen riesgos y ventajas a la hora de contar con un actor
infantil en pantalla.
Para empezar, permite
asegurar ciertas tramas: la llegada de un hermano,
discusiones con los padres, dificultades en el colegio, el primer amor...
Aunque también se corre el peligro de que resulten muy trilladas, demasiado
vistas. Un ejemplo claro de tramas bien salvadas es
Aida, donde se aprovecha el crecimiento de los más pequeños para
incluir estos elementos sin profundizar demasiado en ellos. Más bien son una
excusa para construir argumentos más grandes. Fidel eligiendo carrera y convirtiéndolo
en una competición entre Chema y Germán, la Lore llevándose a su hermana Soraya
de fiesta, Aidita llamando “abuela” a Eugenia...
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Y esto es lo que pasa tras diez años en pantalla |
Los actores infantiles suponen en sí mismos una
dificultad para el equipo de
grabación. Deben combinar las horas de estudios con las de trabajo, y por ley,
trabajan menos horas que los adultos, y más
cuando se trata de niños pequeños.
En
Padres forzosos se las arreglaron bastante bien utilizando dos gemelas para
un mismo papel, y todos sabemos que hablo de las gemelas Olsen. Y
Modern Family copió la estrategia para interpretar
a Lily de bebé, aunque luego decidieron cambiarla por otra actriz en la tercera
temporada.
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Con Lily no se calentaron la cabeza: cogieron a otra actriz |
Aunque si hay algo que llama atención en el tándem niños/series, son los
cambios de aspecto. ¿Y eso es malo? Depende de cómo este enfocado el personaje.
Si su papel estaba muy ligado a su aspecto, entonces sí es un problema. En
Dos hombres y medio, al inicio de la
serie es Jake quien aporta el punto cómico e infantil, muchas veces
aprovechando la ignorancia propia de esas edades en lo relativo a situaciones
más adultas. Pero esto no puede mantenerse siempre, y menos cuando el actor
crece literalmente ante la audiencia, por lo que Jake pasa de dar el toque
ingenuo a evolucionar en uno más irreverente y pero igual de divertido. Un reto
para los guionistas, que deben mantener la esencia del personaje y seguir haciéndolo
creíble y atractivo para la audiencia.
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De niño adorable a hipster |
No todo es malo: un cambio de aspecto implica que la serie lleva en antena
lo suficiente para que se puedan apreciar dichos cambios. Además, implican un
valor añadido.
Y es que si hay algo más
divertido que ver una serie, es ver las reposiciones y darse cuenta del antes y
el después de estos personajes.
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El antes y el después de los actores de Modern Family |