Receta para el alcoholismo: pescar
tiburones.
- pescar tiburones (hecho)
- reconciliarme con mi hija (hecho)
- conocer a mi nieto (hecho)
- fingir que me muero (hecho)
Ni siquiera voy a decir nada sobre el
maravilloso titulo de Días de Pesca, porque ya comente lo que
tenia que comentar con La pesca del salmón en Yemen.
No voy a decir nada sobre las
maravillas que decimos todos del cine argentino y su sensibilidad
universal.
Ya conocíamos a Carlos Sorín,
así que no nos viene de nuevas lo que íbamos a ver, e
íbamos preparados para el drama, intimo y personal.
El espectador debe imaginarse
absolutamente todo, el pasado alcohólico, las rupturas de
relaciones familiares, el dolor, el desarraigo.
No fuerza el caer en mostrarlo todo, te
gana con esa contención porque es la que sentimos todos, todos
hemos tenido perdidas, hemos sentido el dolor, el no saber que decir,
el cometer errores y eso te provoca el nudo en la garganta.
La historia es simple y sencilla, no da
para mas, nos quedamos con ganas de saber que pasará, o el
porque se ha llegado a esa situación, la soledad y el dolor,
pero porque somos unos marujas de mucho cuidado, y nos mola el
sálvame de luxe, más que a un tonto un lapiz.
y yo que no dejaba de pensar en los pingüinos de Madagascar.
Nos podría haber dado mucho más.
Sí, allí me encontré
con otras amas de casa como yo, luego me fui a Zara, a reflexionar.