Acaba el festival un año, y nos volvemos locos por saber cual es la fecha del año siguiente, posiblemente llevados por ese subidón de adrenalina que llevamos en el cuerpo.
Cuando la nueva edición del Festival de Sitges esta a la vuelta de la esquina y se han llevado a cabo las 25 ruedas de prensa que suelen acompañar a las previas del festival donde no solo nos desmayamos sabiendo quienes eran los invitados, sino que abrimos boca con el anuncio de las pelis que nos van a hacer disfrutar. De miedo.
Sitges trata de innovar cada año además de traernos las novedades que estamos esperando con ansia de los grandes autores que ya conocemos tanto en thriller como en terror y fantástico. Apuesta de nuevo por talentos que ya dieron buenos resultados en certámenes anteriores, pero sobre todo también por nuevas promesa y operas primas, que triunfan en el festival y vuelven después para continuar consagrándose.
Comienza una nueva etapa, una nueva era, y después de la edición numero 50, llega la 51 con la misma ilusión que la primera, como si asistiéramos a un nuevo nacimiento, al año cero.
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