Os aseguro que no sois los únicos que se sienten
abrumados ante una inminente mudanza, pero ¿hay alguna manera de
controlar el estrés que los cambios conllevan?
La creencia popular dice que mudarse es una de las
cosas más estresantes que nos pueden pasar en la vida, por detrás
de la muerte de un familiar muy cercano y una divorcio, ¿Qué hay de
cierto en esto?
¿Es posible que meter todas nuestras cosas en cajas
y moverlas de un sitio a otro sera causa de una preocupación mayor
que un despido, una hipoteca demasiado alta, una enfermedad terminal
o un bebé que no nos deja dormir por las noches?
Es algo de lo que se ha hablado largo y tendido, pero
es cierto que a veces un cambio es para bien.
El cambiar de aires, de
lugar, puede convertirse en lo que necesitamos para no seguir
estancados en un ambiente perjudicial. Además bien planificada, y
siguiendo unas pautas, las mudanzas nacionales pueden resultar incluso positivas
pues son renacimiento y auto exploración.
No siempre las
mudanzas tienen ese aspecto negativo, y sobretodo ocurre que a todos no nos
afectan por igual. Seria absurdo considerar que una situación tiene
el mismo impacto siempre, sin importar la situación personal del
individuo. Seria como comparar el perder un trabajo que te encanta a
perder uno que odias que puede ser incluso bueno porque te permite
desarrollarte y crecer como persona en algo que te agrada de verdad.
Eso quiere decir que no
solo importa el suceso si no que también la visión o como el
individuo consiga lidiar con él, su fortaleza y la red de apoyo con
la que disponga, como comentaba el experto en psicología Richard
Lazarus.
Pienso ahora en el Tsunami
de Indonesia y como “María” es una figura clave de fortaleza y
superación. Os hablo de la familia Española que sobrevivió
separada al Tsunami pero que demostrando una fuerza extraordinaria
logro reencontrarse y sobrevivir. En ocasiones cuando veo a esta
mujer y a su familia lloro por un sentimiento de empatia que me hace
querer que ella con su fortaleza me abrace a mi.
En estas ocasiones, las
mudanzas suponen cambios, que llevan consigo un sentimiento de
perdida y despierta en nosotros la incertidumbre por el futuro y lo
desconocido. Algo que algunas personas no saben muy bien como
sobrellevar. Nuestro estado de animo puede verse afectado así como
nuestro sistema nervioso y patrón de sueño o alimentación.
Sobretodo si este cambio es por un aspecto negativo como un
separación o inquietante y que se puede afrontar con temor, como el
independizarse.
Una mudanza nos pone de manifiesto que hemos roto con
nuestra vida anterior.
Es cierto que las mudanzas son algo que afecta a
nuestra vida de forma permanente en algunas ocasiones sobretodo si
eso implica un traslado de ciudad.
Los humanos somos seres de rutinas
marcadas y el hecho de embalar nuestras pertenencias en cajas nos
hace ver lo poco que somos y tenemos (o mucho) y como nuestra vida se
acaba resumiendo en un montón de cajas.
Mudarte supone un sacrificio, y una ruptura con lo
conocido, es decir, nuestros hábitos y costumbres, y puede causar
desequilibrio emocional, ya que en ocasiones dejamos atrás recuerdos
y sentimientos positivos basados en los momentos felices allí
vivido, algo que los expertos llaman “duelo por la vieja casa”.
Hay algunas reglas básicas que nos van a ayudar a
mantener la ansiedad bajo control.
- Embalar los objetos de primera necesidad, en
cajas fácilmente reconocibles. El tener lo básico y esencial para
nuestra vida a mano, nos va a ser muy útil a la hora de reducir la
ansiedad y la frustración una vez lo necesitemos. No hay nada más
horrible que buscar algo que necesitamos y no encontrarlo.
- Conserva los objetos de valor a parte, o
llévalos contigo. No queremos sustos innecesarios, o pérdidas.
- Intenta organizarte y no dejar las casas
cerradas por mucho tiempo. El prolongar el deshacer las cajas dará
una sensación de tristeza o de cosa incompleta, eso te hará sentir
peor. Cuanto antes hayas vaciado su contenido y depositado todo en
su lugar antes veras tu nueva casa como un hogar.
- Tira lo que no te sirve. ¿Qué mejor ocasión
para hacer balance que una mudanza? Aprovecha y saca de tu vida todo
aquello que no te hace feliz de verdad. Quédate solo con los buenos
recuerdos y las cosas que suman. Piensa en positivo. Tendrás una
gran liberación mental y emocional.
- Etiquetar, etiquetar y etiquetar. Parece algo
básico pero no lo es, y muchas veces metemos las cosas sin ton ni
son por el ansia de acabar pronto y no sabemos donde hemos metido
las sabanas o aquel CD que tanto nos gustaba.
- Dejarlo en manos de profesionales. Hay veces que
pensando que nosotros somos capaces de realizar una mudanza estamos
cometiendo un error y nos estamos estresando sin motivo, haciendo
viajes en coche o pidiendo favores a amigos y familiares.
En muchas ocasiones es más rápido, fácil y barato contar con alguna de estas empresas que se dedican a las mudanzas o a los traslados. Ellos están especializados en ese servicio, cuentan con personal cualificado y con los medios adecuados y así te evitas tener que llamar a tu cuñado.
Encontramos empresas cualificadas que realizan servicios urbanos, interurbanos, interinsulares, nacionales e internacionales, que incluso visitan tu hogar para darte un presupuesto previo al traslado, y te ofrecen su experiencia. Esta opción puede resultar muy interesante si necesitas un seguro por algo en especial de tu casa (traslado de instrumentos musicales) o pasar por aduanas.
Como otro aspecto de la vida, una mudanza es algo por
lo que hay que pasar, y como lo afrontemos ayudará en menor o mayor
medida a su éxito.