“Es más divertido trepar a un
árbol que da frutos”proverbio filipino, con el que estamos
totalmente de acuerdo.
Del 15 al 20 de Julio, volvemos a
disfrutar en Vic, del festival Nits de Cinema oriental, para dejarnos
envolver por la cultura oriental, y el buen cine en mejor compañía,
en la Bassa de los hermanos, o el cine Vigatá. De nuevo
dejaremos que “el hombre de la magia” del cine, nos deslumbre con
historias que la propia Serezhade podría contar en las mil y
una noches, y que nosotros miraremos con ojitos muy abiertos de
Tàrsero.
Historias de fantasmas, de mafiosos, de
niños y abuelos, o de hombres pequeños, que parecen
lejanas y están aquí al lado.
Durante 5 días todos éramos
Gwapo.
Llegábamos temprano a Vic, ya
que debíamos pasar por Cerdanyola del Vallés para
agradecer a los compañeros de @Fantosfreak los libros que me
habían tocado en un sorteo.
Tras ver el piso donde pasaremos
nuestros días en el festival, nos preparamos la mochila y
partimos raudos y veloces al cine Vigatà, que también
nos acompañara, durante esta semana.
Nuestra primera peli “Graceland”,
es de filipinas, el país anfitrión, y para nosotros fue
un gran comienzo, ya que nos pareció una de las mejores del
festival.
Disfrutamos de “Graceland” con unas
jovencitas encantadoras detrás que no paraban de gritar “Oh
my God!”,en cada giro, o momento inesperado, pues en realidad tiene
algunos puntos muy duros. Un drama filipino que nos cuenta la
historia de Marlon Villar, el chofer de un político de Manila
de comportamiento más bien dudoso. Las hijas de ambos hombres
son buenas amigas, ya que Marlon, se encarga de llevar a ambas al
colegio cada día. Un día, paran su coche y secuestran
a su hija, confundiéndola con la del político, su jefe.
“ Una vida por cada mentira” es el lev motiv del film, y es aquí
cuando un juego de mentiras y engaños empezaran, ya que en
“Graceland” todos tienen algo que esconder.
La premisa más importante, es
¿Que llegaríamos a hacer por salvar a nuestros hijos?
¿hasta que punto llegaríamos? Y si en realidad, todas
las acciones están justificadas. Un juego del ratón y
el gato dentro de la tradición del film noir clásico,
donde destaca su protagonista Arnold Reyes, y que también toca
temas como la corrupción política, la policía
todavía más corrupta o la prostitución de
menores.
Pasamos de una buena película a
otra mejor, y también de filipinas nos llega “Kabisera”. ¿
Como definirla?, como un “El padrino filipino” o un “Breaking
Bad de pescadores”?
“Kabisera” nos cuenta la historia
de Andrés ( me encantan las películas filipinas, y lo
que queda del legado español, con sus nombres hispanos, ya que
parece que estas viendo una telenovela al estilo de Pasión de
Gavilanes, y es muy divertido) un humilde pescador que vive con su
familia en una isla de Filipinas. Para Andrés lo más
importante es la felicidad de su familia, el tener a sus hijos bajo
su techo y que sigan sus pasos. Andrés realiza pequeños
trapicheos en el pueblo ya que el dinero no les sobra y viven
humildemente mientras su hija estudia en Manila, mientras trata de
ser el cabeza de familia, el que presida la mesa, que es lo que viene
a decir, mas o menos “Kabisera”.
La vida sonríe de una forma un
poco curiosa a Andrés, ya que en un golpe de fortuna,
encuentra mientras sale a pescar unas cajas flotando, que unos
narcotraficantes han tenido que tirar al mar en plena redada. Las
cajas cargadas de metanfetaminas, convertirán a Andrés
de hombre sencillo a ambicioso en una espiral de destrucción
y terror.
Un buen thriller que no dejará
de sorprenderos, por lo delgada que es la linea que separa el bien
del mal.
Tras la cena que en esta ocasión
nos servia el país anfitrión: Filipinas, y tras
encontrarnos con compañeros y conocidos para el ágape,
nos dispusimos a ver la película más sencilla y amable
del día: Blue Bustamente.
Cenando prácticamente a oscuras,
pues la Lechón Party, había sido todo un éxito y
las colas de gente que se agolpaban en la bassa, daban fe, del tirón
de esta festividad, y las ganas de participar que tenían sus
asistentes.
Blue Bustamente es la tierna historia
de George Bustamente, un ingeniero que en los años 90 se queda
sin trabajo y debe dejar Filipinas, a su mujer y a su hijo para
partir a Japón a buscarse la vida. Sin saber el idioma, y
gracias a un amigo, acabará convertido en doble de acción
de una serie llamada Force Five, algo así como los Power
Ranger de la epóca. Rodada sin mucho presupuesto, es una
historia tierna y divertida, sobre la falta de trabajo y las
circunstancias de la vida.
Trailer de GraceLand