Drácula de 2020, el monstruo bizarro y señorial que necesitábamos.
Este Drácula de los responsables de Sherlock se aleja del personaje original, y aunque le pese a muchos le damos gracias por esta nueva aproximación al mito del vampiro.
Drácula de 2020, es una serie de televisión de horror y drama británica, creada por Mark Gatiss y Steven Moffat basada en la novela de Bram Stoker del mismo nombre. Gattis y Moffat son conocidos por revitalizar para la BBC el personaje de Sherlock, como han hecho en esta ocasión con el Vampiro más famoso del cine y la literatura.
Gatiss es un conocido actor, le podéis recordar como Mycroft Holmes en la serie de Sherlock, donde es el hermanisimo, además de guionista y escritor, y muy conocido en el Reino Unido por pertenecer al grupo de comediantes llamado The League of Gentlemen.
Por su parte Moffat, es el co-guionista de Drácula junto a Gattis con quien ha trabajado en Sherlock. Ambos eran fanáticos de Doctor Who de niños, y han escrito varios episodios para la serie moderna.
Por lo que podemos considerar al dúo Gattis-Moffat como unos guionistas amantes del género y del steam punk.
En esta ocasión para BBC One y después Netflix han creado este Drácula moderno, divertido y sensual que consta de tres episodios, protagonizada por Claes Bang, que es un gran acierto de casting junto a Dolly Wells como la versión femenina de Van Helsing, algo que revitaliza el personaje, pues claramente las referencias de la obra de Bram stoker son sexuales.
La nueva serie de Drácula toma como referencia el libro de Stoker para darle una vuelta de tuerca al mito del vampiro, empezando en sus orígenes en Europa del Este, hasta su encuentro con los descendientes de Van Helsing en Inglaterra.
La serie llegó en el momento perfecto pues el público se estaba receptivo para una nueva revisión del mito del vampiro más famoso de la historia y la literatura. Mezcla perfectamente modernidad y clasicismo con el horror y el humor más efectivo cumpliendo con creces la función de divertir al personal, saltándose a la torera la fidelidad literaria.
El desarrollo de la serie comenzó en 2017 con Gatiss y Moffat escribiendo esta nueva revisión del mito, para que en 2018 se anunciará a Claes Bang como protagonista y la BBC se ponía oficialmente a cargo del proyecto. Posiblemente por primera vez vemos a Drácula como protagonista de su propia historia y camino, más allá del villano cruel de la novela visto a través de las cartas de John Harker. La serie descontruye el mito, lo hace humano y real, pero manteniendo las leyendas que han surgido alrededor.
Recordemos que la novela original de Bram Stoker se basaba en el diario de Harker y las cartas (o epístolas que es el genero correcto en literatura) a Mina, su prometida. En esta ocasión el terror Gótico que Stoker nos dejo en su novela se reinventa son sobresaliente a través de flashbacks para darnos como protagonista a un vampiro provocador, sexual e inteligente.
La sexualidad del conde no está en entre dicho y no porque le gusten todos como amantes sino más bien porque se alimenta de ellos. Se alimenta de Harker para recuperar su juventud y lozanía, y lo hace después de aquellos que están en el barco, aprendiendo así alemán casi por osmosis. En Drácula no es que se insinúe que un ser amoral es asexual, es que es un centro de perversión que no tiene objeción en ningún sexo para obtener el bien más preciado que es la sangre.
En estos tiempos en los que tras años de la huelga de guionistas seguimos apelando al reboot y al remake basados en la nostalgia y el intentar que la taquilla no descienda yendo a tiro hecho, es cuando aparece esta nueva adaptación de Drácula, de Bram Stoker. Con tres capitulo de hora y media nos encontramos con esta evolución de la historia.
Lo que ha ocurrido con el mito de Drácula desde que apareció la novela es que se ha convertido en algo universal y que ya pertenece al imaginario colectivo. Desde “Entrevista con el vampiro” a “Nosferatu” los vampiros ya forman parte de la cultura popular, sus dramas y pasiones son inherentes a las nuestras, y es tan fácil reconocerlo como llevarnos a la cabeza cuando nos tocan el mito clásico que hemos interioridad. Aquí es donde Gattis y Moffat se la han jugado para darnos un vampiro nuevo acorde a los miedos y deseos del 2020 y Claes Bang nos deja un vampiro culto y señorial que no veíamos desde Gary Oldman.
El vampiro es la reencarnación del superhombre, de la vanidad y del placer sin remordimientos. Un vampiro además muy divertido. La serie usa el humor (negro, negrísimo en ocasiones) acorde a los tiempos inciertos que vivimos, que le son ajenos a este galán y conquistador, que habla en bastantes ocasiones desde la jerga de sus creadores ingleses que lo convierten en algo más que un príncipe de las tinieblas.
Durante la serie iremos descubriendo algunos miedos o puntos flacos del clásico personaje de la literatura, como la razón por la que no soporta mirarse al espejo y ver su verdadera imagen envejecida, decrépita. Otro de los mitos unidos al vampirismo con los del odio al cristianismo y la cruz, como el símbolo de la pureza y aquello que representaba originalmente el conde como cruzado defendiendo la cristiandad y a la que renuncio.
El miedo a La Luz al convertirse en un ser oscuro, un ser castigado por su desobediencia y como señor de la noche, de las criaturas de la maleza y de lo que no se ve.
Pero sin duda, uno de los temores desde siempre de Drácula es la muerte (la sangre es vida) y por eso busca la inmortalidad y es uno de sus dones.
El capitulo primero es “Las reglas de la Bestia”, dirigido por Johny Campbell. En este primer episodio nos encontramos al conde Drácula decrépito, envejecido, y hastiado de todo, de tal forma que se plantea mudarse a Inglaterra y comprar algunas posesiones, por lo que el abogado Jonathan Harker se desplaza hasta el castillo del conde para aligerar el papeleo. Día a día Drácula se alimenta de Harker, mientras que el conde se va convirtiendo poco a poco en alguien joven, viril y adoptando una pose más inglesa, Jonathan se va debilitando, además de sentir que le observan y alguien le pide ayuda en el castillo, es en ese momento cuando Harker descubre que hay otra persona retenida en los muros del castillo del conde, cuando con horror descubre que es una de las “esposas” del conde, de la cual se alimenta sin escrúpulos.
Harker como en la historia original escapa del castillo y es encontrado por las monjas del convento en las que en un giro de la trama es interrogado por una de ellas, en concreto por la hermana Agatha Van Helsing.
El segundo episodio es “Navío sangriento”, cuando el conde pone rumbo al nuevo mundo, intentando llegar a los Estados Unidos de América. Drácula en el barco se alimenta de los pasajeros que van muriendo y desapareciendo para el resto de la tripulación, absorbiendo características, personalidad y recuerdos de aquellos de los que se alimenta. La hermana Agatha se despierta en el barco, y Drácula se esta alimentando de ella además de mantener un juego mental cercano a una partida de ajedrez dialéctica sobre la condición humana.
Nos vamos, no a Inglaterra como en el relato original, sino a estas nuevas tierras que tienen conquistado al conde, y en el Demeter ocurren los pasajes más sangrientos de la novela, cuando la sed del vampiro se desatan y acaba con toda la tripulación, llevando al barco al desastre. Durante esta travesía que nos recuerda a la trama de “Diez negritos” de Agatha Christie, conocemos más a esta monja atea que es Agatha Van Helsing, la cual se siente de todo menos intimidada por el conde, convirtiendosé así en su archienemiga. La actriz Dolly Wells —con su particular forma de hablar e interpretar— tiene buena culpa de que el personaje se haya metido al público en el bolsillo y se haya convertido también en un icono roba planos.
En el tercer capitulo nos llega la muerte de Drácula en “La brújula tenebrosa” donde el personaje da un salto al futuro, o lo que seria lo mismo la actualidad. Este ha sido el cambio que menos ha gustado a los fans o al menos a los espectadores precisamente por esta vuelta de tuerca y actualización del mito. En este futuro presente, se analiza el vampirismo como algo real y se estudia la sangre de Drácula como un elixir para la eterna juventud y el interés por que pueda curar enfermedades, buscando el beneficio en la condición vampirica. Cuando el conde despierta en la actualidad es capturado por Zoe, descendiente de la Hermana Agatha y protectora del linaje de los Van Helsing que ha seguido estudiando el mito y la realidad de los vampiros. Tras la huida del centro de reclusión donde fue atrapado el conde conquista a Lucy, una dulce joven obsesionada también con el mito de la eterna juventud y las redes sociales. Aparentar es el pecado de nuestros tiempo, o un tipo de cáncer.
En este capítulo descubrimos que la descendiente de Agatha no esta obsesionada con el mito del vampiro y su eternidad de forma egoísta, sino que esta enferma. Cuando Drácula trata de alimentarse de ella encuentra veneno en su sangre, y cuando Zoe se alimenta de la sangre de Drácula adquiere esos recuerdos de todos los seres de los que se ha alimentado el conde, incluidos su tatara tía Agatha.
Nunca bebas de los muertos, algo que aprendimos de “Entrevista con el vampiro”
Debido a su final, no creemos que pueda tener una continuación, pero la magia de la tele puede darnos una sorpresa, pues si algo sabemos de este personaje tan icónico es que es eterno.