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viernes, 2 de octubre de 2015

High- Rise por Tom Hiddleston

om Hiddleston es un hombre elegante y carismático por naturaleza, pero eso ya lo sabe todo el mundo. Además es alto, lo cual no es tan conocido porque compartir escenas con Chris Hemsworth (en Thor y Los Vengadores) hace que cualquiera parezca un hobbit. También es novedoso que, en las distancias cortas, Tom se preocupa por ser atento. Su naturalidad queda patente cuando se presenta con un "Hi! I'm Tom", como si no lo supiéramos, y mientras otros entrevistados responden mirando a la mesa o al infinito, Hiddleston no deja de mirar fijamente a los ojos de su entrevistador, lo cual crea una atmósfera de intimidad que realmente hace parecer que está teniendo una conversación personal con cada uno de los periodistas. También ayuda que él no tire de frases hechas y busque la reflexión, con frases artículadas e imagenes casi literarias, sobre su profesión y el mundo en el que la ejerce.
Debió ser difícil imaginarse la película al leer el guión. ¿Cómo te convenció el director Ben Wheatly para atreverte con esta película?
Creo que ninguna película parece fácil de hacer cuando lees el guión. La primera vez que leí Los Vengadores me pareció bastante complicada de rodar. Crear cine es un desafío que también es en parte lo que me emociona de hacerlo. Lo que más me atrajo, primero, es que soy un gran admirador de Ben Wheatley. En el clima del cine británico la suya es una voz única, distintiva y extraña. No creo que nadie en el Reino Unido esté haciendo lo que hace él. Las he visto todas. Me gusta especialmente A Field in England, que es la menos conocida de todas. Y segundo, la combinación de Ben Wheatley y J.G. Ballard [el autor de la novela] era demasiado buena. Ambos son artistas valientes, y se sienten bichos raros. J.G. Ballard se crió en Shangai y vino a Inglaterra con 14 años y no entendió ese lugar: escuro, deprimido, reprimido tras la Segunda Guerra Mundial. Él despojaba a sus personajes de la máscara y retrataba su verdadera naturaleza. Si vivimos en lugares donde el único líder es la tecnología, el caos está más cerca de lo que creemos. Habla sobre reemplazar la naturaleza con muros de cemento y hierro, y lo peligroso que puede resultar eso.

El director asegura que te eligió porque quería sacar algo de ti que no habías sacado antes.
Me encantan los retos. Cuando le pedí a Ben que me dijese cómo prepararme me dijo "no te prepares, te queremos a ti y a tus respuestas". Laing [su personaje] tiene una desconexión enorme, rodeado de personajes con mucha personalidad, muy violentos, muy carismáticos o muy hermosos. Laing intenta desesperadamente no conectar con ellos, quiere ser un hombre gris en un apartamento gris. Su trabajo también está despojado de conexiones emocionales [es forense], y en un momento dado se ve forzado a implicarse. Por eso Ben quería mis reacciones auténticas. Así que cuando Laing reacciona con humor, u horror, esas son mis emociones.
¿Cómo separas esas dos herramientas de trabajo, tus emociones y las circunstancias del personaje?
Lo que realmente quieren es compasión con la verdad del personaje. Por poner otro ejemplo, cuando hice War Horse, aquellos eran mis sentimientos en el contexto del personaje. Mis emociones con circunstancias imaginarias. Pensé mucho acerca del desapego emocional de los médicos. Yo no estoy desapegado, fui a ver una autopsia.
¿Y no te desmayaste?
Casi me desmayé. Tuve que salir de la habitación a vomitar. No pude separar el hecho de que eso era un cuerpo que había estado vivo el día antes. No pude soportarlo. Y por eso soy actor.
¿Qué es para ti una situación extrema?
Creo que todos nosotros, bueno, muchos de nostros somos afortunados. Vivimos en un mundo muy privilegiado. No todos nosotros. Muchos de nosotros. Y eso es algo muy atípico en el curso de la historia de la humanidad. Antes del descubrimiento de la medicina la gente moría más joven, y creo que el mundo era más anárquico. Ahora tenemos todas nuestras necesidades cubiertas, y en el curso de la evolución humana es muy reciente. De eso van las películas de zombis. Soñamos constantemente con el fin del mundo, siempre pensamo cuándo llegará el apocalipsis, si será una invasión alienígena, o zombis o vampiros o amenazas nucleares. Si miras el cine de los últimos 20 años, cuántas películas van sobre los prospectos del fin del mundo. De algún modo, esa pregunta nos ayuda definir lo que somos.
Y aun así la metáfora de High-Rise es irrelevante.
Por supuesto. La relevancia está en nuestra dependencia de la tecnología, J.B. Ballard aseguró que los humanos se obsesionarían más y más con la tecnología. Si perdiésemos nuestro teléfonos nos volveríamos locos, ¿dónde estaríamos? La electricidad, la conexión a internet se han convertido en el tejido de nuestro mundo. Y han cambiado nuestra forma de pensar, comunicarse e interactuar. Y J.B. Ballard ya habló sobre ello. En una entrevista en 1978, que ahora es parte de una colección de entrevistas llamada Metáforas extremas. Decía que en el futuro tendríamos una relación con las imágenes completamente diferente a la que tenían por aquel entonces. Que nos haríamos fotos a nosotros mismos, a la comida, en la cama.
¿Tú qué opinas de esta obsesión por sacar fotos de todo?
Tenemos que acostumbrarnos todavía.
¿Crees que dejaremos de hacerlo?
Sí. O quizá no, y el mundo se vuelva aún más interactivo. Quizá el caos de la vida real sano y no deberíamos aislarnos de él como hace Laing.
¿Crees que el mundo entero se está desarrollando en la misma dirección?
A veces viajo y siento que he conocido el alma del sitio en el que estoy y otras no. Siento que en algunos lugares estoy separado de la vida real. Es interesante que ciertos aspectos sí son similares, pero lo que hace la vida emocionante son los puntos que tenemos en común y los que no. Creo que los seres humanos son muy simples: todos necesitamos amor, un techo, buenos colegios. Y de algún modo hemos complicado las cosas. La gente siempre está feliz en las bodas, en las fiestas, con la familia y los amigos y los vecinos. Hay diferentes formas de celebrar esas cosas pero a todo el mundo le gusta celebrarlas.
¿Crees que hay una contradicción entre la conexión que debe hacer el actor con el mundo real, y la desconexión que inevitablemente sufre conforme se hace más y más famoso?
Espero que no. Yo intento involucrarme todo lo que puedo. Por supuesto hay sitios a los que es mejor no ir. Actuar para mí siempre ha sido curiosidad, y si alguna vez siento que ya no soy curioso, pues haré otra cosa distinta.
¿Qué haces para conectar con el mundo real entonces?
A veces alcanzas un nivel de conexión que es muy nuevo. Hace poco fui invitado a una zona de guerra en África para hablar sobre ello, y tuve acceso a areas que no habría tenido de no ser un actor conocido. Me preguntaron si estaba seguro y dije que por supuesto. Si no no lo haría. Era fascinante ver la falta de igualdad en el mundo. Hablaré de ello muy pronto. No quiero estar aislado del mundo tras una barrera.
Debe ser difícil cuando apareces en una de las películas más taquilleras del año. ¿Ha tenido eso malas consecuencias en tus esfuerzos por relacionarte con la gente de una forma natural?
Tienes que encontrar formas de pasar desapercibido. Si siento una energía atípica cuando me relaciono con alguien, intento desarmarla y decirles "soy un tío normal, ignora la intensidad, tengamos una conversación".
"No soy Loki"
Exacto. A veces la gente me presenta y dice "este es Loki" y yo digo "Me llamo Tom".
¿Es diferente la satisfacción de interpretar papeles como Loki o Laing?
Lo más satisfactorio para mí está en la conversación entre el público y yo. Esa conversación puede ser de entretenimiento, disfrute y humor, pero también puede ser sobre el debate que surge de lo material. Desde que era pequeño he disfrutado de entretener a la gente. No hay nada como hacer reir. Me hace feliz cuando la gente se me acerca en el aeropuerto y me dice "la escena en la que Hulk aplasta a Loki al final de Los Vengadores como a un pez es lo más divertido que he visto en mi vida". Aún recuerdo las carcajadas de la gente en la sala de cine. Y es genial, pero también lo es hacerles pensar, ya sea con High-Rise o Corolynus de Shakespeare, o La cumbre escarlata que se estrena en un par de meses y habla sobre el amor y la diferencia entre el amor honesto y el amor reprimido. Espero que cuando la gente lo vea se emocione. Espero que les interese.
¿Y forma parte de ese entretenimiento tu costumbre de bailar a la menor oportunidad? En el pase mucha gente estaba esperando que hubiera una escena de baile en High-Rise y nos encantó ver que es así.
[Se ríe] Me encanta bailar, me hace sentir bien desde que tengo memoria. También admiro a los bailarines, soy un aficionado entusiasta. Nunca he conocido a nadie que no le guste bailar. El baile y el cine están muy conectados, cuando piensas en las primeras películas y lo que la gente quería ver tienes esa imagen de espectadores mirando a un bailarín. La escena de la película en la que bailamos se nos ocurrió sobre la marcha. En el libro dice "Laing sueña con un grupo de azafatas", pero el director me pregunto si quería rodar el sueño. Íbamos a acabar a las 6 de la mañana pero me animó a aparecer en la escena, improvisé y lo hicimos en una sola toma.
Muchas gracias.
¿Realmente la gente estaba esperando verme bailar?
Sí. Es parte de tu estrellato.
Nunca se me habría ocurrido.
También hay una escena de baile aparentemente improvisada en Ex-Machina, ¿la has visto?
Sí. Me encanta esa escena. Oscar Isaac es genial.
Bueno. Tú bailas mejor.
¿Tú crees?
Sí, pero no se lo digas a Oscar Isaac.
Pues claro que sí.

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