Tú
decides qué es lo correcto, Tú decides lo qué está bien...
“No
One is Alone”
EL
SIGNIFICADO DE LOS CUENTOS DE HADAS
Cuando
Stephen Sondheim y James Lapine se reunieron por primera vez para
hablar de “Into the Woods”, su intención era crear un musical
provocativo basado en un mundo de fantasía en el que los personajes
se embarcaban en una búsqueda. El dúo, que ya había colaborado en
el musical ganador del Pulitzer “Sunday in the Park with George”,
empezó con algunos cuentos de hadas tradicionales, combinándolos
con una historia nueva sobre un Panadero y su Mujer. El resultado
final es maravilloso, una historia entrañable con temas actuales que
se narran a través de personajes clásicos como Cenicienta, Jack y
las judías mágicas, Rapunzel y Caperucita Roja. Todos ellos
exploran juntos lo que ocurre después de "fueron felices y
comieron perdices”.
Meryl
Streep se hace eco de esta filosofía y afirma: "Al principio,
los cuentos de hadas servían de advertencia. Se contaban a los niños
para prevenirles de los peligros que encontrarían en la vida y para
animar a las jóvenes a casarse con hombres ricos. Se animaba a todo
el mundo a encontrar un príncipe y vivir felices para siempre. Pero
a veces no salía bien”.
Situar
los cuentos de hadas en un escenario realista, que era uno de los
primeros objetivos de Sondheim y Lapine, fue uno de los aspectos que
más atrajo a los actores. Anna Kendrick explica: "Es lógico
que en muchos institutos sólo se represente el primer acto, porque
el primer acto acaba bien. Pero es el segundo acto el que hace que la
historia sea creíble, que tenga peso y fundamento”.
Johnny
Depp está de acuerdo: "Me gustó la idea de reunir todos esos
cuentos de hadas con los que crecimos y hacer un gran musical. Nos
permite conocerlos mejor. Y lo cierto es que son más espeluznantes y
divertidos de lo que habíamos imaginado, así que es una idea
fantástica. Y están maravillosamente bien ensamblados”.
Sondheim
añade: "James Lapine hizo algo con la historia de 'Cenicienta'
que nadie había hecho en 500 años. Hace que pierda el zapato a
propósito, lo que es muy ingenioso porque así es la forma de saber
si el Príncipe la quiere de verdad”.
Creí
que uno bastaba. Pero no es verdad: hacen falta dos... “It
Takes Two”
LA
LEGENDARIA COLABORACIÓN DE
STEPHEN SONDHEIM Y JAMES LAPINE
STEPHEN SONDHEIM Y JAMES LAPINE
“Into
the Woods” se estrenó en Broadway el 5 de noviembre de 1987 en el
Martin Beck Theatre. La producción, que puso en cartel 764
funciones, ganó los Premios Tony® a la Mejor Partitura (Stephen
Sondheim), al Mejor Libreto de un Musical (James Lapine) y a la Mejor
Actriz de un Musical (Joanna Gleason en el papel de la Mujer del
Panadero). Entre otros premios, el musical recibió cinco Drama Desk,
incluyendo al Mejor Musical y un Premio GRAMMY® a la Mejor Grabación
del Reparto Original.
Desde
entonces, “Into the Woods” se ha representado en todo el mundo,
incluyendo una gira por Estados Unidos en 1988, una producción en el
West End en 1990 y reposiciones en Broadway y Londres, además de una
producción televisiva de PBS y un concierto en su décimo
aniversario.
A
Lapine siempre le habían interesado los cuentos de hadas y la
psicología de Jung, y la idea de convertir un cuento de hadas en un
musical era tremendamente atractivo para Sondheim y para él mismo.
“Decidí escribir un cuento de hadas original, pero como los
cuentos de hadas son cortos por naturaleza, enseguida me di cuenta
que ampliarlo para convertirlo en un espectáculo completo
desvirtuaba el concepto”, explica Lapine. “Entonces se me ocurrió
la idea de coger varios cuentos de hadas y reunirlos para formar un
cuento original. Así fue como nació nuestra historia del Panadero y
su Mujer”.
El
marco de referencia de Lapine fueron las historias de los Hermanos
Grimm y de Perrault. Como Sondheim estaba más familiarizada con
ellas por las películas animadas, Lapine escribió la primera
escena, que entrelaza tres de esas historias, y le dijo a Sondheim
que sería prácticamente imposible ponerle música. “A nadie le
gusta más un desafío imposible que a Stephen Sondheim, así que fue
la mejor manera de convencerle”, dice Lapine. “No dudó en
lanzarse de cabeza y escribió un maravilloso número de apertura.
Había comenzado nuestra aventura”.
Para
Sondheim, la historia trata el tema de la responsabilidad de la
comunidad. Al principio de la historia los personajes sólo piensan
en sí mismos y el resultado es un desastre. Pero a medida que la
historia avanza todo el mundo comprende que debe unirse para formar
una comunidad y corregir sus errores, y para Sondheim, ese mensaje es
universal. Para Lapine, está el hecho de que lo bueno y lo bonito no
siempre van juntos, y hay que tener cuidado con lo que se desea.
“No
pensamos con detenimiento en lo que queremos... Sabemos que queremos
X, Y y Z, pero no pensamos en por qué lo queremos y cómo van a
cambiar nuestras vidas si logramos conseguir esas cosas”, dice
Lapine. “La historia habla sobre las consecuencias de nuestros
actos, por muy pequeños que sean”.
A
partir de ese momento, el tema de discusión fue si la historia debía
ser un musical o no. Algunas historias no exigen necesariamente
música, y para Sondheim, todas las canciones tienen que ser
imprescindibles. Y en muchos musicales, las canciones permiten al
público conocer a los personajes. Lapine lo explica: "Para
Stephen es muy importante que su música y las letras se conjuguen
con los diálogos y la historia que se cuente. Tiene una capacidad
extraordinaria para meterse dentro de la cabeza de los personajes y
hablar a través de sus voces; apropiarse de los diálogos y los
monólogos y convertirlos en canciones”.
La
combinación infalible de las canciones de Sondheim con la historia
de Lapine es una de las razones del éxito del musical a través de
los años. Así que cuando se empezó a hablar de llevar el musical
al cine,
para los realizadores era muy importante
mantener esa colaboración. Por eso recurrieron a Lapine para adaptar
su historia a la gran pantalla. El productor John DeLuca afirma: "La
voz de Stephen Sondheim está tan inextricablemente unida a la
palabra de James Lapine que sabíamos que le necesitábamos para
crear la película.
Y se incorporó al proyecto con la actitud más abierta que jamás he
visto en un guionista”.
Marshall
afirma: "Ha sido maravilloso trabajar con James porque hace años
que admiro su trabajo y además era el autor de la obra teatral.
Estaba convencido que era muy importante trabajar con los creadores
originales de la obra para mantener su integridad y su esencia,
aunque como es lógico había que convertirla en una película.
Me impresionó lo abierto que se mostró James a la hora de intentar
cosas nuevas y cómo comprendió de forma instintiva que lo que
funciona en el teatro no funciona necesariamente en una película".
Por
esta razón, fue especialmente difícil escribir el número de
apertura de esta película
porque exigía contar tres historias y presentar cada historia al
público. Lo explica así: "Sería tremendamente aburrido
empezar una escena con el Panadero y su Mujer y que se pusieran a
cantar una canción. Después otra escena en la casa de Jack en la
que cantan una canción. Y después una escena en la casa de
Cenicienta en la que cantan una canción. A esas alturas ya te has
olvidado de quién era el Panadero. Tienes que contarle al público
que esa es la gente que va a ver toda la tarde, y que todos tienen la
misma importancia. Cada uno tiene una historia totalmente
independiente”. Y continúa diciendo: "La música puede
rellenar
vacíos rápidamente porque puedes hacer una transición desde un
tema a otro en dos compases; de lo contrario se necesitarían cinco
líneas de diálogo.
Así
que ‘Into the Woods’ es una compresión: cuando se termina el
número ya conoces a todos los personajes principales. Además,
quieres que el público sepa que va a ser divertido y que se lo
pasará muy bien. Están al borde del trampolín y listos para
saltar”.
No
te puedes limitar a actuar, tienes que escuchar.
No te puedes limitar a actuar, tienes que pensar...
No te puedes limitar a actuar, tienes que pensar...
“Finale/Children
Will Listen”
LA
DIRECCIÓN VISIONARIA DE ROB MARSHALL
Desde
que “Into the Woods” debutó en los escenarios teatrales, todo el
mundo esperaba que algún día se convirtiera en una película.
Pero se necesitaba a un director experimentado como Rob Marshall para
conjuntar todos esos elementos tan complejos y complicados en una
película musical
y saber trasladar la historia a la gran pantalla. Según James
Corden: "Esto es una obra coral y cada historia de los
personajes tiene un inicio, un desarrollo y un final. Hay que crear
un entorno mágico, de fantasía que también es un maravilloso y
enorme musical. Así que necesitas tener un talento especial para
fundir esos mundos”.
La
lista de créditos de Marshall como director incluye las películas
“Chicago”, “Nine”, “Memorias de una Geisha” y “Piratas
del Caribe: En mareas misteriosas”. Pero también es un excelente
director teatral y un coreógrafo ganador del Emmy®. Esas
credenciales lo convirtieron en el director más idóneo para llevar
"Into the Woods" a la gran pantalla. Stephen Sondheim lo
explica: "Rob Marshall tiene un background teatral, y eso es muy
importante. También es coreógrafo lo que también es crucial ya que
este tipo de música necesita un director que sepa cómo funcionan
los números de un musical”.
Añade:
"Es genial desear, querer, esperar y soñar, pero esta obra se
enfrenta a la realidad del mundo y a las luchas y penalidades que nos
encontramos por el camino.
“’Into
the Woods’ es una historia que necesita conmover... es un musical
sobre una búsqueda. Los personajes van detrás de algo que desean
con todas sus fuerzas. Así que hay que mantener la tensión, el
suspense y la energía”, dice Lapine. “Y creo que lo entiende muy
bien. Sabe cómo combinar tomas cortas, escenas cortas y momentos que
llevan a otros momentos de forma la suma de todos ellos lleve a un
final sorprendente”.
Cuando
el productor Marc Platt leyó las primeras 20 páginas del guión de
Lapine para “Into
the
Woods”, fue fácil visualizarlo cinematográficamente, y la forma
en la que Rob Marshall lo filmó superó sus expectativas. Lo explica
así: "El prólogo tiene una duración de unos 16 minutos. Sólo
hay música pero aun así consigue que el público conozca a todos
los personajes, sus conflictos que se verán en la película. Empieza
con gente viviendo su vida cotidiana en el pueblo y termina con los
protagonistas dirigiéndose ‘Into the Woods,’ para emprender su
aventura. Rob has construido una aventura cinematográfica perfecta”.
Para
Marshall, una de las mayores alegrías de trabajar en una película
musical es la etapa de ensayos. En “Into the Woods” hubo seis
semanas de ensayos antes de que empezara el rodaje, y la troupe se
formó durante ese periodo de tiempo. Afirma: "Dado que esta
película es una obra coral, era muy importante que todos trabajaran
juntos para crear un conjunto coherente”.
Adéntrate
en el bosque... ¿quién sabe lo que te
espera a lo largo del viaje? “Prologue:
Into the Woods”
RECREAR EL
BOSQUE EN LA PANTALLA
Las
localizaciones:
Cuando
los realizadores empezaron a hablar sobre dónde iban a rodar la
película, llegaron a la conclusión que la historia bien conservada
de Inglaterra y su maravillosa energía constituían el lugar
perfecto para crear un mundo en el que los personajes de cuentos de
hadas cobran vida. Además la abundante vegetación del país, los
paisajes pintorescos, los castillos y las mansiones ofrecían un
sinfín de posibilidades. Y Rob Marshall tuvo la impresión de que
había que rodar lo más posible en las localizaciones.
En
la historia, el Bosque es casi un personaje. Según Marshall, es la
metáfora de muchas cosas de la vida: Es el lugar a donde vas a
encontrar tus sueños, donde se cumplen tus deseos, donde te
enfrentas a tus miedos, te pierdes, te encuentras a ti mismo, creces,
aprendes y avanzas. “Es el ciclo de la vida en el sentido de que al
crecer comprendemos que la vida no es como pensábamos, pero es algo
que todo el mundo debe experimentar en carne propia... no hay atajo
posible”, dice el director. “Así que nos adentramos en el Bosque
para encontrar todas esas cosas con la esperanza de que al salir
seamos mejores personas”.
El
rodaje comenzó en las profundidades de un antiguo bosque de Ashridge
Estate a la afueras de Berkhamsted, en septiembre de 2013. El bosque,
que es una de las zonas de vida salvaje más antiguas e históricas
de la región, se utilizó como escenario de la canción “Giants in
the Sky”, que interpreta Jack (Daniel Huttlestone), después de que
su mísero puñado de judías produjera una vaina de judías mágicas.
El
pueblo de Hambleden, cerca de Henley on Thames, sirvió para
reproducir el pueblo del Panadero situado en la linde del Bosque.
Un
granero de principios del siglo XX situado cerca del pueblo se
convirtió en la destartalada casa de campo de Jack, su Madre (Tracey
Ullman) y Milky-White. A Ullman le sorprendió la extraordinaria
atención a los detalles que encontró en el plató de la
localización y afirma: "El atrezzo era increíble. Había una
silla preciosa en un rincón con el trabajo de punto de mi personaje
al lado, notas diminutas dirigidas a mi atención en el escritorio, e
incluso un espejo roto pequeño (como símbolo de la mala suerte), lo
que dotó a nuestros personajes un mundo real en el que vivir”.
Tal
y como indica el título de la película, gran parte de la historia
se desarrolla en el Bosque. Por esa razón el departamento de
localizaciones pasó muchísimas horas recorriendo el campo inglés
en busca de un gran abanico de exteriores en bosques.
Afortunadamente, encontraron Windsor Great Park, en la frontera de
Berkshire y Surrey, y pudieron aprovechar los cientos de acres de
bosque que tiene el parque. De hecho, alberga unos robles
impresionantes (cuyo aspecto es muy similar al árbol que se utiliza
en el cartel del musical original de Broadway). Algunos tienen más
de 800 años.
La
zona llamada Bear Rails del parque se convirtió en el bosque que
rodea la casa de la Abuelita, donde Caperucita Roja (Lilla Crawford)
canta “I Know Things Now”. Para las tomas exteriores de la casa
de la Abuelita, y sobre todo la entrada, el departamento de arte creó
una extensión con algunos de los troncos más gruesos de la zona y
colocó una pequeña puerta. La Cascada que hay en el parque sirvió
de escenario para la canción “Agony”, interpretada por el
Príncipe de Cenicienta (Chris Pine) y el Príncipe de Rapunzel
(Billy Magnussen), como respuesta a sus fracasos amorosos.
Byfleet
Manor, situado en Byfleet, Surrey, hizo las veces del exterior de la
casa de Cenicienta (Anna Kendrick). Es el lugar donde el Príncipe y
su Guardia Real descubren que su pie encaja en la zapatilla dorada.
Las escenas del Palacio del Rey, donde se celebra la boda de
Cenicienta con el Príncipe, se rodaron en el Castillo de Dover, uno
de los monumentos emblemáticos de Inglaterra. El majestuoso castillo
alberga el Estrecho de Dover o de Calais, el punto más estrecho del
Canal de la Mancha.
Añade:
"Cada personaje se interna en el Bosque a través de un arco de
entrada natural que Rob llamaba la madriguera del conejo. Una vez que
lo atravesado todo es diferente. Es mágico, aterrador, divertido,
original, orgánico... y tiene vida propia”. Según Stephen
Sondheim: “Esa es la sensación que los realizadores querían
reflejar en la película: la oscuridad del Bosque, y la sensación de
aislamiento y oscuridad de un lugar en el que puede pasar de todo”.