¿Esta noche la luna brilla más
que ninguna otra cosa, o me lo parece a mi?
Puede que sea el hecho de estar
enamorada lo que hace que el satélite de nuestro planeta tenga
una magia especial e única, y que solo, tal vez, las personas
que aman puedan llegar a percibirlo.
Sigo mirando la luna, no se cuanto
tiempo llevaré aquí, sentada junto a la ventana,
observándola.
Cada vez me parece más grande y
más brillante.
Minutos, horas,... he perdido la noción
del tiempo.
Deje de mirar los relojes y calendarios
a la espera de vernos hace tiempo, porque es imposible predecir el
momento de nuestro próximo encuentro, por eso, ahora solo miro
la luna y mi reflejo en el cristal es claro, y los rayos de su tenue
luz se proyectan iluminando la estancia de la casa en la que me
encuentro.
Esto me llena de consuelo, ya que esta
luna, es la misma que él esta mirando, donde quiera que este.