En los 90 aparecieron una series de películas bastante bien intencionadas donde ocurrían situaciones disparatadas, extrañas y alocadas protagonizadas por niños que se convertían en héroes frente a unos ladrones. Sin duda “Solo en casa” es la primera que os viene a la cabeza de forma más repentina, pero no es la única. ¿Os imagináis a un bebé gateando por una cornisa mientras escapa de sus secuestradores? Eso es “El peque se va de marcha”
Hay muchísimas películas unidas a nuestra infancia y de las que guardamos especial recuerdo aunque posiblemente no fueran las mejores del mundo. El auge de los videoclubs y las cintas de video hacía que como ocurre con "Frozen" o ahora con "Encanto", hiciéramos ver a nuestros padres estás cintas hasta la saciedad, en una época señores en las que los VHS si se rallaban por el uso y la cinta de “El rey león” dejaba de funcionar en algunas partes.
Pero volvamos a la historia de este bebé que ni siquiera anda pero era capaz de irse de parranda por Nueva York. La criatura, un monismo churumbel rubio de ojos azules y de familia adinerada interpretado como ya sabemos que ocurre en estos casos por unos gemelos idénticos, es secuestrado por tres ladrones de poca monta con la intención de pedir un rescate a su adinerada familia.
Pero el bebé que no anda, pero gatea que da gusto a la velocidad de Rayo Mcqueen se escapa y pone en jaque a los malhechores.
Una movilidad supersónica que consigue gracias a las ranitas bebe que lleva. Si no sois tan duchos en el tema del vestuario infantil os aclaro que los pololos (o peleles) son los que son de cuerpo entero, pero que es la ranita la vestimenta que permite tener brazos y pies descubiertos. Y no veas cómo corre el pequeño bebé por la ciudad con sus piernecitas al aire.
La ranita suele ser una prenda más bombacha que al no cubrir las extremidades puede ir simplemente encima del pañal, o en forma de body con corchetes para facilitar el poder cambiarlos.
Con guion y producción del mago de los 80 John Hughes, este Golden children al que llaman Baby Bink fue el protagonista de esta comedia familiar, un género que parece que ha desaparecido, a pesar de ser bastante popular entre los 80 y 90 como daban buena cuenta pelis como “Poli de Guardería” o toda la saga de “Beethoven”.
Bendita inocencia unida a estas películas de trama absurda e imposible cercana a las comedias más físicas y el slapstick, donde ver atravesar calles plagadas de coches por un bebé gateando nos parecía lo más normal y simpático del mundo, mientras los secuestradores eran golpeados de múltiples maneras.