Nuestro carácter nos hace meternos en
problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos.
(Esopo)
Aunque el orgullo no es una virtud, es
padre de muchas virtudes. (John Churton Collins)
Jane Austen, si no fue la primera, al
menos si es la más famosa en unir en su obra, el Orgullo con el
prejuicio. Es cierto que nos sentimos orgullosos de muchas cosas,
pero que también ese orgullo nos hace perdernos o darnos cuenta de
la realidad en muchas ocasiones, y ese orgullo, en ocasiones, sino la
mayoría esta marcado por los prejuicios.
Más aún cuando la propia novela
empieza por la gran frase: «Es una verdad mundialmente
reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna,
necesita una esposa.».
¿Pero por qué no
un esposo?
Aquí no hay
señores Darcy, ni remilgadas señoritas Elisabet Bennet, pero si
hombres y mujeres dispuestos a dar lo mejor de si mismos, dejando al
lado convenciones sociales para simplemente dar una mano al prójimo.
“Pride”
es un drama británico, escrito por Stephen Beresford y
dirigida por Matthew Warchus, y que algunos pudieron ver hace un
tiempo pues se proyecto en la quincena de realizadores del festival
de Cannes de 2014, donde gano el “Queer Palm”.
El film nos transporta a la historia
real de un grupo de activistas LGTB ( formados por el colectivo de
gais, lesbianas, bisexuales y transexuales.... al margen de la peli
siempre me parecen curiosas estas reivindicaciones, tal vez porque
veo totalmente normalizado que el amor, o el deseo de cada uno se
exprese como quiera, y ame a quien quiera sin parecerme extraño que
sea del mismo sexo o diferente, como dicen: “hay que follarse a las
mentes”) que recaudaron dinero para ayudar a las familias de
mineros afectadas por la huelga en 1984.
Es el verano de 1984, Margaret Tatcher
gobierna y es cierto que lo hace con mano de hierro, y el sindicato
de los mineros (NUM) ha convocado huelga. Es normal, la falta de
derechos, y sobretodo la falta de seguridad laboral, y de garantía
en los puestos de trabajo, unido a las muertes que son el pan de cada
día en un oficio tan sacrificado, los ha puesto en pie de guerra.
Durante la manifestación del Orgullo
Gay en Londres, un grupo de Lesbianas y gais se dedican a recaudar
fondos para ayudar a las familias de los mineros, con un pequeño
problema: Los mineros se muestran reacios a aceptar el dinero.
La campaña “Lesbians and Gays
support the mineres” (Gais y lesbianas apoyan a los mineros) a
pesar de ser bien intencionada recibe el rechazo de la mayoría de
los pueblos ha los que estos jóvenes se dirigen, hasta que deciden
llevar el dinero recaudado directamente a un pequeño pueblo de
Gales, sin hacer caso a las opiniones y las preocupaciones que
muestran desde el sindicato, que no quiere ver su nombre unido a un
grupo abiertamente gay.
Este hecho, da como resultado una
alianza entre las dos comunidades. Dos grupos totalmente diferentes
que se unen por una causa común. Una alianza que no se parecía a
ninguna otra vista anteriormente y que no solo fue un éxito, sino
que cambio el rumbo de la historia.
Este es el momento en el que yo me emociono, el símbolo de mano
sobre mano cobra sentido, y como dirían los de Aquarius: “El ser
humano es extraordinario”.
Una de las cosas más destacables, es que no se oculta, llama a
las cosas por su nombre y las muestra tal como son, sobretodo en un
momento que parece que ya estamos de vuelta de todo, y que una
película así no es necesaria porque temas como los derechos
civiles, sexuales y laborales ya están protegidos. En este momento
yo suelto una carcajada: JA!
No podemos estar viviendo un momento más parecido al de aquellos
80, y no podemos inspirarnos más en esta gente que lucho por sus
derechos y por lo que creía justo. Que lamentable que algo así siga
de tremendo vigor.
En mi opinión esta hecha para gustar al público, para resultar
emotiva pero también muy divertida en la estela que nos marco “Full
Monty”, dejándote una sensación reconfortante de lucha positiva
gracias a estos personajes tan irresistibles, desde la viejita
emocionada por saber sobre las lesbianas, a el joven homosexual
enfrentadosé sin miedo a la sociedad y a su familia, por poder vivir
la vida que desea. Tal vez caigamos en clichés, pero si funcionan y
dejan una sensación de honestidad en la mente del espectador, no hay
nada de malo en ello, ya que no pierde de vista en ningún momento
ese punto de vista social que desea reivindicar.
Yo, que iba sin ningún tipo de
pretensión, la disfrute casi sin darme cuenta, y me emocione de
manera real sin sentirme forzada en ningún momento gracia a la
veracidad de sus personajes, que no tienen ningún tipo de pudor de
gritar al mundo por valores como la amistad, la solidaridad y la
empatia a todos los niveles. El guión de Stephen Beresford, nos da
una historia tan ágil como divertida, casi sin darte tregua a
respirar aliñado por la banda sonora totalmente destacable de Chris
Nihtingale, desde luego lo mejor de la película.
Lo mejor: El retrato de una época tan
oscura tanto laboralmente como por la falta de derechos civiles de
los ciudadanos, y la falta de libertad de expresión, y que haya sido
contado de esta manera tan divertida y luminosa, acompañado de unas
emotivas y vitales interpretaciones que la dotan de una total
veracidad.
Lo peor: Que tengamos que seguir
reivindicando este tipo de cosas 30 años después y que sea
necesario por estar de total actualidad.