El público
más fiel de Sitges recordará, sin duda, el nombre de
Pascal Laugier como el director que sacudió el Festival en el
año 2008 con la polémica Martyrs. El cineasta
francés vuelve hoy a Sitges presentando The Tall Man,
película donde deja de lado la violencia extrema y se adentra
en los miedos ancestrales. “Quería explorar los mitos
modernos y no dar respuestas exactas, sino hablar de la sociedad
actual y de las clases sociales”, ha explicado Laugier en rueda de
prensa. El film, protagonizado por Jessica Biel, habla de
desapariciones de niños y de una figura m isteriosa y
sobrehumana. Laugier ha anunciado una futura colaboración con
Dario Argento y ha denunciado los prejuicios de la prensa francesa
contra el cine de género.
Una propuesta muy
diferente es la que llega de la mano de Daniel Calparsoro y
su Invasor,
un film protagonizado por Alberto Amman, Inma Cuesta y Karra
Elejalde, que también están en Sitges, y que adapta la
novela homónima de Fernando Marías. La película
plantea el dilema moral de un médico militar, que debe decidir
“lo que está dispuesto a arriesgar para salvar su dignidad”,
en palabras de Calparsoro. Una cinta crítica con las
estructuras del Estado, el ejército y los medios de
comunicación: “No es una película ambigua, retrata el
sistema sin ningún tipo de autocensura”. El director
catalán Óscar Aibar, que mañana presenta El
bosc den
tro de la sección Oficial Fantàstic, recupera hoy en el
cine Prado Platillos
volantes, su
film del año 2003 ambientado en Terrassa durante la década
de los setenta.
Esta noche,
los amantes del cine japonés tienen una cita ineludible con la
maratón Japan Madness y tres títulos que prometen una
sesión de divertimento, mezclando sangre, delirio, comedia,
terror y anime.
Se trata
de Dead
Sushi, Sadako
3D y Gyo:
Tokyo Fish Attack,
de Noboru Iguchi, Tsutomu Hanabusa y Takayuki Hirao, respectivamente.